Doryani: ¡Lo logré! Ya tenemos acceso completo. Usa la consola de Xipocado para abrir un camino hacia la cámara de acceso real. Desde allí, podremos entrar a los aposentos privados de Atziri en nuestro próximo intento.

Doryani: ¿Hola? ¿Puedes oírme?

Bruja: Sí, sí. Continúa.

Hechicera: Sí, te oigo.

Guerrero: Te escucho.

Merodeador: [DNT]

Duelista: [DNT]

Mercenario: Nop. Ja, ja. Solo bromeo.

Druida: Sí, parece que puedo.

Sombra: [DNT]

Monje: Nuevamente, tu voz emana desde... ningún lugar.

Exploradora: Te oigo. ¿Dónde estás?

Cazadora: Seh, te oigo.

Templario: [DNT]

Doryani: Estoy transmitiendo mi voz. Bien. ¿Qué pasó con Xipocado?

Bruja: Su alma me pertenece.

Hechicera: Ha muerto.

Guerrero: Me vi forzado a matarlo.

Merodeador: [DNT]

Duelista: [DNT]

Mercenario: Está acabado.

Templario: [DNT]

Druida: Quedó enterrado bajo su propia locura.

Sombra: [DNT]

Monje: Él... no quiso cooperar.

Exploradora: Se mantuvo leal hasta el fin.

Cazadora: Lo lamento. Está muerto.

Doryani: Qué desperdicio para una gran mente... pero tenemos que avanzar. Usa la consola de Xipocado para abrir un camino hacia la cámara de acceso real. Desde allí, podremos entrar a los aposentos privados de Atziri en nuestro próximo intento.

Doryani: ¿Qué estás haciendo? ¡No abriste un camino hacia la cámara de acceso real! ¡Estás malgastando tiempo valioso!

Doryani: Bien... puedo ver la configuración desde aquí. Lo he logrado. Regresa al presente. Por ahora, no hay nada más por hacer aquí.